La carne que comes también contamina el agua.
Más allá del maltrato que supone la industria ganadera, el sector pecuario contamina. Y no solo la atmósfera, también nuestras aguas.
La producción de productos de origen animal hoy en día implica maltrato animal, injsuticia social y riesgos para la salud y el medio ambiente. El sector pecuario tiene un enorme impacto en el medio ambiente. Más allá de ser el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero, es uno de los principales contaminantes del agua. Estos contaminantes proceden de los deshechos de animales, los antibióticos, las hormonas y los fertilizantes y plaguicidas usados en los cultivos forrajeros (para alimentar al ganado).
Las explotaciones porcinas, por ejemplo, generan unos residuos que se conocen como purines. Los purines son los excrementos sólidos y líquidos. Una parte (el estiércol) se utiliza como abono, pero la tierra sólo puede absorber una cantidad limitada. El resto se filtra de la tierra a los acuíferos, contaminándolos y llegando a la red de suministro, que acaba siendo ingerida por nosotros. Según la OMS, el nivel de nitratos en el agua no debe superar los 50mg/l. En zonas de concentración de explotaciones porcinas como Castilla y León, hay 709 municipios que superan ese nivel. En Cataluña, el 41% de los acuíferos también está contaminado por nitratos. Además, las ganaderías requieren mucha agua para limpieza por arrastre de agua de los purines.
La contaminación del agua por nitratos es un problema muy grave que deberíamos tener en cuenta cuando decidimos qué comer. La ganadería industrial maltrata a los animales, es responsable del 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero y desperdicia y contamina el agua.
¿Te animas a optar por una alimentación vegetal?
Fuentes: